Llevo más de diez años comprometida con la difusión y la enseñanza de los valores y la integridad en el Perú.
No ha sido un camino fácil, pero ha estado lleno de satisfacciones, impulsado por el deseo profundo de ver levantarse una generación que impacte positivamente su entorno y que inspire a muchos más allá de nuestras fronteras.
Cada conversación auténtica, cada interacción entre personas es una semilla de cambio. Si sembramos integridad en el presente, cosecharemos organizaciones sólidas y un futuro mejor para todos.